La lucha contra el COVID-19 de la alcaldesa de El Monte, Jessica Ancona, alimenta la pasión por el acceso a la atención médica Jessica Ancona
El martes 1 de diciembre de 2020, Jessica Ancona prestó juramento como alcaldesa de El Monte. Pero cuando prestó juramento, la ceremonia estuvo teñida de emociones agridulces: apenas dos días antes, Ancona dio positivo por COVID-19. Como resultado, su juramento se llevó a cabo prácticamente mientras yacía en su lecho de enferma.
El jueves anterior, el Día de Acción de Gracias, Ancona se había reunido con amigos para su Día de Golf anual de Acción de Gracias, una tradición muy apreciada. El grupo tomó todas las precauciones de COVID-19 y se sintió seguro con una actividad al aire libre. Ancona no sabía que esta reunión aparentemente inofensiva comenzaría una experiencia que cambiaría la vida en una época en la que el mundo todavía sabía poco sobre este virus y los recursos eran muy limitados.
A los pocos días, su salud empeoró rápidamente. Temiendo por sus dos hijos, Eddie y Julie, tomó todas las precauciones necesarias. Sin embargo, su condición empeoró. Sus niveles de oxígeno se desplomaron el miércoles 8 de diciembre, lo que la obligó a conducir hasta el departamento de emergencias de Adventist Health White Memorial, donde fue admitida de inmediato. Pasó seis días angustiosos bajo la atenta mirada de médicos, enfermeras y especialistas en enfermedades infecciosas. Había llegado el pico de la pandemia y las opciones de tratamiento eran limitadas.
El viernes por la noche, el estado de Ancona dio un giro aterrador. Ni siquiera podía mantenerse en pie sin que su ritmo cardíaco se disparara y sus niveles de oxígeno bajaran. Aislada de sus seres queridos, llamó a su familia para orar por ella, sin saber si sobreviviría esa noche. La atmósfera surrealista del hospital, con puertas selladas, médicos enmascarados y sin visitantes, sólo aumentó su sensación de soledad y miedo.
Pero el Adventist Health White Memorial resultó ser el santuario de Ancona. El personal le proporcionó oxígeno, antibióticos, vitaminas, esteroides, ejercicios de respiración y apoyo que la ayudaron a mantenerse optimista. Ver a otros pacientes recuperarse le dio esperanza y comenzó a sentirse mejor el domingo. Fue dada de alta el martes 15 de diciembre siguiente, aunque pasó otro mes antes de que volviera a sentirse ella misma.
Durante su estancia en el centro médico, Ancona experimentó el poder curativo de la atención compasiva. El personal médico de Adventist Health White Memorial atendió sus necesidades físicas y su bienestar emocional, ayudándola con tareas como bañarse y lavarse el cabello. Este enfoque holístico de la curación dejó una impresión imborrable en Ancona, quien sigue profundamente agradecida por su apoyo.
La experiencia de Ancona la ayudó a ver la necesidad de mejorar el acceso a la atención médica en su ciudad, particularmente para la gran comunidad de inmigrantes. Para abordar esto, defendió un mayor acceso a las pruebas de COVID-19. También se asoció con escuelas locales para garantizar que las vacunas estuvieran disponibles para todos, independientemente de su seguro médico o estatus migratorio. Al trabajar en estrecha colaboración con instituciones comunitarias confiables, mejoró los resultados de salud pública para todos los residentes de El Monte.
Para Ancona, el Adventist Health White Memorial es un rayo de esperanza, especialmente para quienes carecen de seguro médico o hablan otros idiomas además del inglés. Al reflexionar sobre su experiencia, dijo: “White Memorial me brindó la atención que necesitaba como mujer de color. Incluso viendo a algunos de los otros pacientes allí, que solo hablaban español, los médicos y enfermeras pudieron brindarles la atención que necesitaban en el idioma que necesitaban. Fue invaluable. White Memorial les brinda la atención que necesitan y, en muchos casos, tal vez hasta salvarles la vida. Como yo."
La historia de Ancona es un testimonio del poder de la atención compasiva y de la importancia de brindar atención médica de calidad a todos, especialmente a los más vulnerables. El dedicado personal de Adventist Health White Memorial demostró cómo la empatía, la comprensión y el cuidado incansable de todos, independientemente de su origen o idioma, podrían marcar una diferencia transformadora en la vida de pacientes como Ancona.
En su papel como alcaldesa, Ancona ha aprendido las lecciones de su propia experiencia y las ha traducido en acciones, luchando por la igualdad de acceso a la atención médica y mejores resultados para todos los residentes de El Monte. Su triunfo personal es un poderoso recordatorio del impacto transformador que la atención compasiva puede tener en comunidades enteras.
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